Hace muchos siglos, en la antigua tierra de Iberia, los fenicios eran conocidos por ser grandes navegantes y comerciantes. En su afán por expandir su imperio y controlar las rutas comerciales, decidieron conquistar la próspera ciudad de Zaragoza, situada a orillas del río Ebro.

Vieras con salicornia y velouté de Marisco

Hace siglos, los fenicios llegaron a Zaragoza con sus barcos cargados de especias, productos del mar y exquisitas recetas culinarias. Conquistaron la ciudad y decidieron celebrar su victoria con un banquete digno de reyes.

Para la ocasión, prepararon una deliciosa receta de vieiras con salicornia, un ingrediente marino muy apreciado por los fenicios por su frescura y sabor salado. Las vieiras se cocinaron a la perfección, doradas en su punto justo y servidas sobre una cama de salicornia recién recolectada del mar.

Pero el plato estrella de la noche fue el velouté de marisco, una deliciosa crema suave y cremosa elaborada con langostinos, mejillones y caldo de pescado. Los fenicios se esmeraron en la preparación de esta receta, añadiendo un toque de azafrán para darle un color dorado y un sabor único.

El banquete fue servido en platos de cerámica decorados con motivos fenicios, con copas de vino tinto y pan recién horneado. Los guerreros fenicios brindaron por su victoria y por la deliciosa comida que les había sido servida.

Así, los fenicios conquistaron Zaragoza con su arte culinario y dejaron un legado gastronómico que perduraría a lo largo de los siglos. La receta de vieiras con salicornia y velouté de marisco se convirtió en todo un clásico de la cocina fenicia, que aún hoy en día se sigue disfrutando en la región.

12 vieiras frescas
Salicornia
1 cebolla
2 zanahorias
2 dientes de ajo
500g de gambas
1 litro de caldo de pescado
200ml de nata líquida
Aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto
Instrucciones:

En primer lugar, vamos a limpiar y preparar las vieiras. Retira el coral y la membrana negra que las recubre. Reserva.

En una sartén caliente con un chorrito de aceite de oliva, saltea las vieiras por ambos lados hasta que estén doradas. Retíralas y resérvalas.

En la misma sartén, añade la cebolla picada, las zanahorias cortadas en rodajas y los dientes de ajo picados. Sofríe durante unos minutos hasta que estén dorados.

Añade las gambas peladas a la sartén y cocina hasta que estén rosadas.

Agrega el caldo de pescado y deja cocinar a fuego lento durante unos 15 minutos.

Tritura la mezcla con una batidora de mano hasta obtener una textura suave. Añade la nata líquida y sigue batiendo hasta que quede bien integrada.

Salpimenta al gusto y rectifica la sazón si es necesario.

Para servir, coloca las vieiras en un plato y añade la salicornia por encima. Vierte la velouté de marisco alrededor de las vieiras.

Xai de Leche relleno con patata trufada y salsa perigoux

Hace muchos siglos, los antiguos fenicios llegaron a las tierras de Zaragoza con el deseo de conquistar y expandir su imperio. Desembarcaron en la costa mediterránea y avanzaron hacia el interior, enfrentándose a los nativos de la región en duras batallas.

Finalmente, los fenicios lograron la victoria y decidieron celebrar su conquista con un gran banquete en honor a sus dioses y a su valentía. Para la ocasión, prepararon un exquisito plato llamado Xai de Leche relleno con patata trufada y salsa perigoux, una receta que fusionaba los sabores y técnicas culinarias propias de su tierra con los ingredientes locales que habían encontrado en Zaragoza.

El Xai de Leche, un plato típico de la cocina fenicia, era cocinado lentamente en un horno de barro hasta quedar tierno y jugoso. El relleno de patata trufada aportaba un toque de sofisticación y sabor único, mientras que la salsa perigoux, elaborada con hierbas aromáticas y especias, realzaba el conjunto y lo hacía irresistible.

El banquete fue todo un éxito, y los fenicios brindaron y celebraron su victoria mientras saboreaban cada bocado de este plato tan especial. Así, la receta del Xai de Leche relleno con patata trufada y salsa perigoux se convirtió en parte de la historia gastronómica de Zaragoza, recordando para siempre la llegada de aquellos valientes conquistadores fenicios.

4 xai de leche (pulmones de cordero lechal)
2 patatas grandes
1 trufa negra
Aceite de oliva
Sal
Pimienta
Para la salsa perigoux:

1 chalota
100ml de vino blanco
200ml de caldo de carne
50g de mantequilla
1 cucharada de harina
Sal
Pimienta
Instrucciones:

Lava y pela las patatas, luego córtalas en trozos grandes y ponlas a cocer en agua con sal hasta que estén tiernas. Escúrrelas y tritúralas con un tenedor o pasa por un pasapurés. Ralla la trufa y mezcla con las patatas. Reserva.

Abre los xai de leche y retira cualquier resto de sangre que puedan tener. Rellena cada uno con la mezcla de patata trufada y cierra con palillos de dientes.

En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva y sella los xai rellenos por todos lados. Luego baja el fuego y cocina en el horno 180 º por unos 55 minutos, o hasta que estén cocidos por dentro.

Mientras se cocinan los xai, prepara la salsa perigoux. En una cazuela, dora la chalota picada con un poco de mantequilla. Añade una cucharada de harina y remueve para que se dore ligeramente. Agrega el vino blanco y deja reducir.

Añade el caldo de carne caliente y deja reducir un poco más. Luego, pasa la salsa por un colador y vuelve a ponerla en la cazuela. Agrega la mantequilla restante y remueve hasta que se disuelva. Rectifica de sal y pimienta.

Esponja de Gerds

360 gr de Boiron de gerds
40 gr de azúcar
Gelatina hidratada 5 piezas
Helado de mandarina
Aceite de oliva
Instrucciones:

En un recipiente, mezcla la gelatina hidratada con el azúcar y el sobre de Boiron de gerds. Remueve bien para que se mezclen todos los ingredientes.

Vierte la mezcla en moldes individuales o en un molde grande, dependiendo de cómo quieras presentar la esponja de gerds.

Deja enfriar en el refrigerador durante al menos 2 horas para que se solidifique. Montar como si fuera nata durante 8 minutos.Congelar

Una vez que la esponja esté lista, desmolda y sirve acompañada con una bola de helado de mandarina y un chorrito de aceite de oliva por encima.

¡Disfruta de esta deliciosa y original combinación de sabores en tu postre!
Acompañar con helado de mandarina y aceite de oliva

Hace muchos siglos, en la antigua tierra de Iberia, los fenicios eran conocidos por ser grandes navegantes y comerciantes. En su afán por expandir su imperio y controlar las rutas comerciales, decidieron conquistar la próspera ciudad de Zaragoza, situada a orillas del río Ebro.
Los fenicios llegaron a las costas de Iberia con sus poderosas flotas de barcos y desembarcaron en las cercanías de Zaragoza. La ciudad, con sus imponentes murallas y fortificaciones, se preparó para resistir el asedio de los invasores. Sin embargo, las habilidades de los fenicios en el combate y su avanzada tecnología naval les dieron una ventaja sobre los habitantes de Zaragoza.
Día tras día, los fenicios sitiaron la ciudad, cortando sus suministros y debilitando sus defensas. Finalmente, después de varios meses de lucha, Zaragoza cayó ante el poderío de los fenicios. La ciudad fue saqueada y sus habitantes esclavizados, mientras que los conquistadores establecieron su dominio sobre la región.
Con el paso de los años, la presencia fenicia en Zaragoza se hizo cada vez más fuerte, dejando una profunda huella en la cultura y la sociedad de la ciudad. Aunque los fenicios eran considerados invasores por muchos, su legado perduró a lo largo de los siglos, influenciando a generaciones futuras y enriqueciendo la historia de Zaragoza con sus tradiciones y costumbres.
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