Sellar la carne: En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio-alto. Sazona la ternera con sal, pimienta y pimentón (si lo usas). Añade la carne a la sartén y dora por todos lados (unos 3-4 minutos por lado). Retira y reserva.

500 g de carne de ternera (puede ser un corte como el lomo o la falda)
2 cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto
1 cucharadita de pimentón (opcional)
2 dientes de ajo picados
1 ramita de romero (opcional)
Para la compota de cebolla, tomate, berenjena y calabaza:
1 cebolla grande, picada
1 cucharada de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez)
2 tomates maduros, pelados y picados
1 cucharada de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez)
1 berenjena, pelada y picada
1 cucharada de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez)
1/2 calabaza, pelada y picada
1 cucharada de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez)
2 cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto
1 cucharada de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez)
1 cucharada de vinagre balsámico (opcional)

Para el crumble de maíz:
100 g de harina de maíz
50 g de mantequilla fría, cortada en cubos
50 g de queso parmesano rallado (opcional)
Sal al gusto
2-3 cucharadas de agua fría (si es necesario)
Instrucciones
Preparación de la ternera:
Sellar la carne: En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio-alto. Sazona la ternera con sal, pimienta y pimentón (si lo usas). Añade la carne a la sartén y dora por todos lados (unos 3-4 minutos por lado). Retira y reserva.

Cocinar la carne: Reduce el fuego a medio, añade el ajo y el romero en la misma sartén. Vuelve a colocar la ternera en la sartén y cocina a fuego bajo durante unos 20-30 minutos, agregando un poco de agua o caldo si es necesario para mantener la humedad.

Preparación de la compota:
En una cacerola, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla y cocina hasta que esté transparente.
Luego agrega el azúcar y turbinar.
Se hace con todos los pures por separado.

Con la berenjena ,tomate y la calabaza, cocina por unos 5 minutos, luego agrega el azucar. Cocina todo junto durante unos 10-15 minutos, hasta que las verduras estén tiernas.

Sazona con sal, pimienta, azúcar y vinagre (si lo usas) al gusto. Cocina a fuego lento unos minutos más.

Preparación del crumble de maíz:
Precalienta el horno a 180°C (350°F).

En un bol, mezcla la harina de maíz, la mantequilla en cubos y una pizca de sal. Mezcla con las yemas de los dedos hasta obtener una textura arenosa.

Si decides usar queso parmesano, agrégalo a la mezcla.

Extiende la mezcla sobre una bandeja para hornear y hornea durante 15-20 minutos, o hasta que esté dorada y crujiente.

Montaje del plato:
En un plato, coloca una porción de cada una de las compotas de verduras.
Acompañando con la tallata de ternera al lado.
Espolvorea el crumble de maíz por encima o a un lado para añadir un toque crujiente.
¡Y listo! Tienes un delicioso plato de ternera con una sabrosa compota y un crumble crujiente. ¡Espero que lo disfrutes! Si tienes alguna pregunta o necesitas más consejos, ¡no dudes en preguntar!

Consejos Adicionales:

Marinado: Si tienes tiempo, marinar la carne antes de cocinarla puede añadir más sabor. Un marinado simple de aceite de oliva, ajo picado, romero, sal y pimienta puede hacer maravillas.

Acompañamientos: Puedes considerar agregar un puré de patatas o una ensalada fresca para complementar el plato y hacerlo aún más sustancioso.

Proporciones: Siempre puedes ajustar las proporciones de los ingredientes según tus preferencias y el número de raciones que desees preparar.

Espero que disfrutes cocinando! Si tienes más preguntas o necesitas más tipos, no dudes en consultar. ¡Buen provecho!

Había una vez, en el pintoresco Valle de Ordesa, un campesino llamado Pedro que se dedicaba a cuidar de sus amadas vacas, todas de la maravillosa Denominación de Origen de Aragón. Cada mañana, mientras el sol se asomaba entre las montañas, Pedro ordeñaba a sus vacas y disfrutaba del aire fresco y puro de los Pirineos. Pero Pedro no solo era conocido por su excelente leche; también tenía un don especial para la cocina.

Un día, decidió que era el momento perfecto para preparar un festín con los mejores ingredientes que su tierra le ofrecía. El primer paso era conseguir una hermosa pieza de carne de ternera. Con su corazón lleno de entusiasmo, se dirigió a su granja, donde seleccionó un corte de lomo de una de sus vacas más fuertes. “Hoy, voy a hacer una tallata de ternera que impresionará a todos”, pensó.

Regresó a su casa y allí empezó a preparar los ingredientes. Tomó aceite de oliva, recién exprimido de las aceitunas locales, y con su cuchillo afilado, picó dos dientes de ajo que estaban disponibles en su huerta. Al mismo tiempo, recogió una ramita de romero, que crecía cerca de una roca, regalándole su aroma fresco a la cocina.

Con todo listo, calentó el aceite en su sartén de hierro sobre el fuego de su cocina de leña. Sazonó la carne con sal y pimienta, y un toque de pimentón que había traído de su viaje al mercado. Al dorar la ternera, un delicioso aroma llenó la estancia, atrayendo la atención de sus vecinos.

Mientras la carne se cocinaba, Pedro siguió con la compota de verduras. Se dirigió a su jardín, donde había cultivado cebollas, tomates, berenjenas y calabazas. Con esmero, picó una cebolla grande y la añadió a una cacerola junto con un poco más de aceite de oliva. La cebolla comenzó a caramelizarse, liberando un aroma que alegraba el aire.

Agregó primero hizo el pure berenjena y luego el de calabaza, y tras unos minutos, hizo la compota de tomates frescos. Para equilibrar la acidez, pensó en un toque de azúcar, que recogía de su despensa, y le dio un ligero toque de vinagre balsámico que había hecho su abuela. La mezcla se cocinó a fuego lento, transformándose en una recompensa colorida y deliciosa que iba tomando forma.

Mientras la compota burbujeaba dulcemente, Pedro se puso a preparar el crumble de maíz. Usó maíz molido, que había cosechado antes de la cosecha de otoño. Mezcló la harina de maíz con cubos de mantequilla fría —hecha de la leche de sus vacas— y un poco de sal. Con sus dedos, trabajó la mezcla hasta que parecía arena fina. Decidió añadir un puñado de queso parmesano que había conseguido a través de su vecino, quien lo traía de sus viajes a la ciudad.

Después de extender el crumble en una bandeja de horno, lo metió en el fuego, donde pronto fue dorándose.

Finalmente, con todo listo para servir, Pedro colocó la compota de verduras en un plato grande y añadió la suculenta tallata de ternera al lado. Para el toque final, espolvoreó el crumble dorado por encima, dándole al plato una textura crujiente.

Esa noche, Pedro invitó a sus amigos de la aldea para compartir su festín. Mientras se sentaban a la mesa rodeados de las montañas que se alzaban orgullosas, todos disfrutaron de cada bocado de la deliciosa ternera, las compotas llena de sabor y el crumble crujiente. Se escucharon risas y palabras de agradecimiento, y Pedro sintió en su corazón la felicidad de haber reunido a todos con las maravillas de la tierra de Ordesa.

Y así, una simple cena se convirtió en una celebración de amistad, amor y de todos los sabores que su bello valle podía ofrecer. Desde ese día, la historia de la tallata de ternera de Pedro se transmitió de generación en generación, recordando a todos que lo mejor se encuentra en los productos de casa y en el compartir con quienes amas. Fin.

“En cada bocado de su tallata de ternera, Pedro no solo ofrecía un festín de sabores, sino también un regalo de amor y amistad. La esencia de su tierra, los ingredientes frescos y el esfuerzo de su trabajo se transformaron en una celebración única. Rodeado de amigos y risas, comprendió que la verdadera felicidad reside en compartir. Aquella cena se convirtió en un recuerdo imborrable; un recordatorio de que lo mejor de la vida florece cuando se cosecha en buena compañía.”
Abrir chat
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?